jueves, 4 de diciembre de 2008

Errantia, de Carlos Martín Eguía

Para amenizar la espera hasta que nic.ar se digne a atender los reclamos que la Revista Planta le está haciendo en este preciso momento (un insoportable virus chino se apropió de nuestra dirección, impidiendo el acceso de los navegantes) escribo estas líneas a propósito de un librito muy interesante, Errantia.


No me consta que se haya leído, ni en profundidad ni superficialmente, la novela Errantia, de Carlos Martín Eguía (Castelli, 1964). Yo tengo un ejemplar que me regaló un amigo en el año 2003. Tiene el precio en la tapa: un peso. Es una edición de autor , toda negra y con no muchos errores de tipeo (sobran algunas comas, pero por fuera de eso el texto es prolijo). Se imprimió en el taller de tal y tal en diciembre de 2000, lo cual nos ilustra sobre la naturaleza formal de todo el fenómeno: ¡crisis! Errantia es un libro que chorrea crisis económica por todas partes, tanto interna como externamente, en la forma, en el contenido y en el envase. Pero está excelentemente escrito. Me ahorro un análisis demasiado sesudo de su trama y me contento con la sola promoción. Promoción fofa, se dirá, porque el libro es inconseguible... Pero nunca se sabe. Por ahí Eguía me esté leyendo y se decide a reeditar… habré cumplido mi objetivo entonces.


Una vez por año, al menos, abro este librito, lo que signfica que ya lo leí cinco veces. La historia es sencilla: un empleado de una librería quiere escribir una novela, mejor dicho, quiere convertirse en Escritor. Corre el año 97, precisando, enero del 97, llueve y no entra un alma a la librería. El empleado, llamado Lacio, puede abandonarse al monólogo interior sin que el trabajo se vea afectado… hay recesión, así que salvo monologar con lisergia o tomar mate hasta enloquecer no se puede hacer nada. En el transcurso de las páginas aparece toda una cantidad de animales incomprensibles con los que Lacio comparte la tarde: el abejorro, el zorro, el mono excelente. Estos personajes, más un sabio loco y fastidioso, representan una comedia ideológica a tono con la época. Son cínicos y solamente piensan en hacer plata… animales advenedizos y especuladores… Eso es algo interesante: el libro está lleno de animales.


La prosa de Eguía no elude el recurso al demótico, tiene una velocidad que por momentos recuerda algo del fraseo de Punctum y es muy divertida. Copio el primer capítulo de la novela, el más corto. Me permito tocar apenas la puntuación, porque sé que el libro no tuvo un corrector y eso refuerza mi interpretación sobre el carácter equivocado, no expresivo, de algunas comas.


“No había nadie ni nada que inviertiera la inmovilidad. La librería, La Plata y enero del 97 estaban vacíos. Una trivialidad anunciada cambió el disfraz de la realidad. La lluvia sobre la calle recalentada descarnó un vaporcito de la piedra. Había comenzado a llover. Las nubes, que tanto amagaron, dejaron de retener. Por unos instantes no hubo una puta noción. Parecía que todo había vuelto a aplacarse. Pero irrumpió el recuerdo. Era el recuerdo de una captación que se ligaba a una frase breve: nada fijo. El Lacio sintió un ligero vértigo. Luego lo habitó la certidumbre de que esa captación había coincidido con el comienza del fin de la infancia. Algo, inexplicable, desvió el ánimo del juego, alejando lo que estaba cerca. Nada fijo, pensó, y abrió el libro de Beckett que tenía sobre el escritorio. Leyó una frase al azar: El aire, el aire, tratemos de ver qué se puede sacar de este viejo tema.”


Corrijo un poco mi primer párrafo. Me consta que Errantia fue leída por algunos amigos míos, cinco o seis. Todos coincidimos en que es bueno. Yo no sé si Eguía siguió escribiendo narrativa (en realidad, es más que nada poeta: tiene al menos tres libros, Anotaciones y otros poemas, Repertorio, Phyllum Vulgata) pero sin dudas sería bueno verlo de nuevo. Con la industria editorial reverdeciendo más o menos, con la tendencia a publicar narradores dominando los ánimos y los bolsillos, a un narrador (esta palabra no es buena, pero "prosista" es antiquísima) como Eguía se le abre un panorama que no estaba en el 2000, con el país cayéndose a pedazos.


d.s.


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2 comentarios:

maiakovski dijo...

Eguía publicó otra novela, La plancha de altibajos, en Paradiso, hace unos cuatro o cinco años.

Anónimo dijo...

Errantia acaba de ser reeditado junto a otro relato que titula el libro "Impresiones de un año ingrávido" por Garrincha Club. Librazo.